Con una extensión aproximada de 122.000 km2, los Llanos de Moxos (Beni) constituyen el ecosistema de sabanas y humedales más grande de la Amazonía. Esta llanura aluvial se caracteriza por su escasa pendiente (inferior a los 10 metros) e inundaciones periódicas. Alberga numerosas lagunas, lagos y ríos de gran importancia, así como diversos ecosistemas que contribuyen a sostener la biodiversidad de la región, regular el ciclo hidrológico, controlar las inundaciones y a mitigar los efectos del cambio climático. Además de cumplir funciones vitales en el equilibrio ecológico de la Amazonía, la región ha sido moldeada por la influencia humana y los cambios climáticos en los últimos 10.000 años, resultando en una notable riqueza biológica y cultural que merece una atención especial y una estrategia de conservación y desarrollo sostenible cuidadosamente diseñada.

Con la mirada puesta en estos objetivos, ocho organizaciones reconocidas globalmente conformaron el Grupo de trabajo para los Llanos de Moxos (GTLM) a fin de promover la difusión y generación de información confiable como base para el planteamiento de alternativas que contribuyan a la conservación y el desarrollo sostenible de este paisaje biocultural. Una de las primeras tareas de los especialistas de las instituciones miembros (WCS, la Fundación Gordon y Betty Moore, CIBIOMA-UABJB, la Asociación Civil Armonía, FAUNAGUA, la Universidad de Bonn, la Iniciativa Capital Natural de la Universidad de Stanford y CIPCA, que se unió posteriormente) fue elaborar un programa que contribuya a la conservación y el desarrollo sostenible de los Llanos de Moxos de manera integral, a tiempo de orientar las acciones y lineamientos de investigación de este esfuerzo conjunto.

El Programa de Conservación y Desarrollo Sostenible de los Llanos de Moxos (PCDSLM), que fue presentado el 19 de octubre en Trinidad, se enmarca en un enfoque biocultural que engloba diversas dimensiones (ecológicas, culturales, productivas, históricas e institucionales) y concibe a la gestión territorial de las diferentes unidades de conservación (comunidades indígenas, áreas protegidas, sitios Ramsar, gobiernos locales y estancias ganaderas) como instrumentos clave para promover acciones de conocimiento, preservación, restauración, uso sostenible, manejo del riesgo y la adaptación permanente. 

También reconoce que la conservación y el desarrollo sostenible no pueden lograrse sin un profundo entendimiento de los aspectos biológicos, arqueológicos, históricos, antropológicos y lingüísticos de los Llanos de Moxos. Por ello, promueve activamente la investigación en estas áreas, incluyendo documentación clave, cartografía y trabajo de campo (hasta el momento, se han llevado a cabo tres expediciones científicas en la región). Tomando en cuenta esta premisa, el programa brinda información actualizada sobre los valores naturales y culturales del paisaje biocultural. 

Otro aspecto esencial es el fortalecimiento de los sistemas del uso y aprovechamiento de los recursos naturales a través de actividades económicas sostenibles. El turismo, la pesca, la ganadería sostenible y el manejo de productos forestales no maderables (como el cacao silvestre) son algunos ejemplos de cómo se puede lograr un equilibrio entre la generación de ingresos para las familias locales y la preservación del patrimonio natural, cultural y arqueológico de los Llanos de Moxos. Desde esta perspectiva, el programa aborda los desafíos ambientales y sociales que la región enfrenta, plantea propuestas estratégicas de acción y promueve la colaboración interdisciplinaria y la integración de conocimientos locales en favor de la conservación y el desarrollo sostenible. 

En resumen, hablamos de una iniciativa valiosa que abraza la conservación y el desarrollo sostenible de los Llanos de Moxos de manera integral. La combinación de conocimiento científico, respeto por las culturas locales y la promoción de actividades productivas sostenibles es una receta práctica para preservar no solo los Llanos de Moxos, sino también otras regiones. De esta manera, el PCDSLM se traduce en acciones concretas y en un llamado a la acción. Es un recordatorio de la importancia de proteger nuestra herencia natural y cultural, y un compromiso sólido con un futuro mejor para este paisaje biocultural único en el mundo.

Artículo publicado en La Palabra del Beni y en El Deber: https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/conservacion-y-desarrollo-sostenible-para-un-futuro-mejor_343276 

Fotografía: Márton Hardy (WCS)